En este post veremos otro medio de adivinación que además nos servirá para introducirnos también en el mundo de la magia blanca usando, además, unos elementos que son muy fáciles de conseguir y que están al alcance de todos. Me refiero a las velas, las cuales, obviamente, representan al elemento fuego. Estos elementos, aunque muy sencillos y asequibles, son capaces de desprender una poderosa energía que puede ser utilizada para múltiples propósitos. Cuando encendemos una vela podemos sentir de forma inmediata una profunda sensación de reconfortante calidez, además el movimiento hipnótico de la llama nos es muy útil para inducirnos a la más profunda concentración, lo que nos ayudará a imprimir mayor fuerza a nuestra energía interior y conectarnos más fácilmente con el universo.
Pero antes de comenzar a entrar en materia vamos a tener en cuenta un par de recomendaciones muy importantes:
- La primera es que siempre se debe encender una vela con una cerilla de madera o con la llama de otra vela.
- Procurar usar materiales naturales, es decir, las velas mejor de cera que de parafina.
- Recordad que las velas blancas son una especie de comodín, es decir, sirven para realizar cualquier tipo de ritual. También podemos fabricar nuestras propias velas.
-Hay que dejar que la vela se consuma o, de lo contrario el ritual quedará interrumpido y corremos el riesgo de que no funcione, es más, tendríamos que volver a comenzar todo el ritual desde el principio. Por eso aseguraros de controlar bien el tiempo de duración de la vela. NUNCA SOPLAR UNA VELA PARA APAGARLA. En caso de que no tengamos más remedio que apagar la vela hay que hacerlo con un utensilio dedicado a tal fin. Por supuesto nunca dejar velas encendidas sin vigilancia para evitar accidentes.
Siempre que se va a practicar algún tipo de magia, lo primero que hay que hacer es un círculo de protección, también llamado círculo de poder o círculo mágico entre otros. Es imprescindible realizar este círculo de protección de la forma correcta, tanto al cerrarlo como al abrirlo. Hay que asegurarse de seguir bien los pasos. Este círculo nos protegerá de las influencias negativas y nos ayudará a concentrar la energía. Hay muchas formas de realizar el círculo, unas más elaboradas que otras. El más sencillo es colocar cuatro velas, una en cada punto cardinal y seguidamente coger un cuenco de agua en la que se ha disuelto sal marina, o bien solo sal marina directamente y, en el sentidos de las agujas del reloj, ir vertiendo el agua con sal, o la sal, hasta completar un círculo perfecto rodeando el altar en el que se va a llevar a cabo el ritual. El perímetro del círculo debe contener las velas que hemos colocado previamente en cada punto cardinal. Luego, comenzaremos a encender las velas en el sentido de las agujas del reloj. Siempre empezaremos por el Este, tanto para echar el agua como para encender las velas. De esa manera cerramos el círculo. Y como toda regla tiene una excepción, en este caso, y como es para abrir el círculo y liberar la energía del ritual tendremos que ir apagando las velas en el sentido contrario de las agujas del reloj una a una con un objeto para tal fin, de esa manera la energía se liberará para que cumpla su propósito. Estas velas pueden ser reutilizadas para este mismo ritual hasta su extinción, pero asegúrate de que tienen mecha suficiente para que puedas terminar el ritual y abrir el círculo. Recuerda no llevar ningún tipo de joyas durante la creación del círculo, ni tampoco reloj, y en general durante ningún ritual. El ritual que se va a realizar será el que indique el propósito del círculo.